viernes, 16 de enero de 2009

¿Crisis? ¿Qué crisis? - seconda puntata

En la primera entrada de este blog sobre la palpitante crisis afirmo que apenas hemos sacado la cabeza para respirar. En un portal llamado http://www.portaloro.com/ he encontrado este artículo sobre la hiperinflación, cuyo propio nombre indica lo que vende, http://www.portaloro.com/porque_comprar_oro.aspx, pero que contiene un análisis bastante riguroso del concepto teórico clásico de la inflación y las hiperinflaciones.

Así que corramos un velo mas o menos tupido sobre la intenciones reales de los administradores del portal para publicar dicho artículo, y hagamos una lectura reposada del mismo, que viene exigida por los conceptos económicos que maneja, y las importantes consecuencias que pueden tener.

A bote pronto, la pregunta que me queda rondando en la cabeza es cómo en un espacio con una moneda compartida por varios Estados, en el cual no existe un poder político común a todos ellos, el Gobierno puede adoptar las medidas clásicas para poner fin al fenómeno inflacionista e hiperinflacionista.

Póngan nombre al espacio económico, Unión Europea, moneda, Euro, Estados, los miembros de la U.E., pero ahora atrevanse a poner nombre al Gobierno común. Sólo me quedan preguntas con respuestas abiertas, o sin respuesta.

En Estados Unidos la cuestión está candente, y las teorías conspirativas, o conspiranóicas, son constantes. Entren en un buscador, por ejemplo Google, la palabra "amero" y ya verán.

Desde luego que ésto continuará...

miércoles, 14 de enero de 2009

El síndrome de Iznogud


Iznogud era un personaje de tebeo, que yo leía cuando era pequeño. El guionista creador del personaje era Goscinny, el mismo de Asterix. Iznogud era el visir de un imaginario reino de las mil y una noches, y se caracterizaba como un ser de pequeño tamaño, pretendidamente ingenioso, pelota, artero, traicionero, y sobre todo aquejado por un terrible complejo de inferioridad. También se le recuerda por su frase, “quiero ser califa en lugar del Califa”.

Es por ello que se conoce como síndrome de Iznogud a una actitud psicológica que se aprecia en los segundones que en realidad son incapaces de llegar a ser los protagonistas principales de aquello que se proponen, incluso en sus vidas. Normalmente les ocurre como al Visir Iznogud, que cuando llegaba a ser califa en lugar del Califa era notoriamente incapaz de ejercer el cargo. El afectado por el citado síndrome piensa que está relegado injustamente, y se conforma con ejercer un poder efectivo desde la sombra, para lo cual no dudan en medrar, manipular, acercarse a individuos bondadosos o incapaces, pero con poder de atracción o de seducción, y los utilizan para ser alguien por fin, y guardan la secreta idea de que si ellos tuvieran ese imán serían irresistibles. Y en realidad no es que no tengan magnetismo; es que en el supuesto caso que lo tuvieran, su presencia causaría el efecto que la aproximación de dos polos del mismo signo.

Al final se idean incomprendidos y guardan un rencor sordo que vierten sobre quienes actúan de buena fe con ellos, o sobre quienes tienen que soportar sus decisiones, a menudo caprichosas por sentirse disfrutando del mero ejercicio de un poder. Son el protoejemplo del acosador. Dice el Dr. González de Rivera (“El maltrato psicológico”, Espasa-Calpe, Madrid 2.002), que los factores que determinan la personalidad del acosador son la mediocridad, la envidia y el control, la cual presenta una peculiar combinación de rasgos narcisistas y paranoides que le permiten autoconvencerse de la razón y justicia de su actividad destructiva (página 86, op. cit.).

No resulta extraño encontrarse con individuos de esta calaña en organizaciones jerarquizadas, porque una vez que acceden a la misma se hacen imprescindibles para sus superiores: siempre tendrán una palabra de halago para ellos; identificarán al supuesto causante del problema que preocupa a su señor, o lo crearán para poder imputarlo a la víctima que hayan escogido. Y sólo son una parte de sus capacidades, siendo quizás la mas destacable de ellas la de manipulación para hacer propios los méritos ajenos y ajenos los errores propios. Pese a todo, estos sujetos siempre se harán con un grupo de aduladores temerosos de su poder; que le seguirán en sus inquinas y maquinaciones, porque además creerán que les deben su honra y vida.

También es posible que Iznogud se auxilie de un adláter, epítome de su oscura existencia, aparentemente mas desgraciado que él, que aprende a su lado el oficio, con menos aspiraciones de poder y ansias de cargos, y que cuando menos se lo espera, resulta que llega a ser Iznogud en lugar de Iznogud, aunque sus nombres masculinos o femeninos nos suenen mas familiares y cotidianos.

martes, 13 de enero de 2009

¿Crisis? ¿Qué crisis?


¿Crisis? ¿Qué crisis?

Decimos que la economía está en crisis. A ver si me expreso mejor aún, nos dicen que la economía está en crisis. Vemos un telediario y en el poco rato en que no hablan de fútbol nos enteramos que las grandes compañías mercantiles dicen estar en crisis. El Ministro de Economía nos dice hoy que el déficit del Estado para el año que acaba de empezar sobrepasará con mucho el tres por ciento que hubo en el año 2.008. Los pequeños empresarios, la fibra con la que está hecho el telón de fondo de nuestro sistema productivo y de empleo, están pasando mucho frío fuera de los despachos de los directores de las sucursales bancarias, donde hace unos meses eran recibidos con la queja "y sólo quieres eso". El negocio lo diseñaban los bancarios a su medida, no a la medida de los clientes.
Lo mismo podemos decir respecto de los trabajadores, endeudados hasta las cejas. Que usted quiere una hipoteca, se la damos al ciento veinte por ciento, que con la casa nueva en la urbanización hay que estrenar muebles, hacer el vaciado para una piscinita en el jardín, adecentar la planta bajo cubierta que está sin declarar o, ya que estamos, comprar un coche de 30.000 Euros y el utilitario para ir y venir a la ciudad para no ser menos que los recien casados de al lado, que bien que pueden porque no tienen hijos.
Lo malo, con ser pésimo, no es que haya una hemorragia de desempleo; es la pérdida de condiciones económicas -- seamos realistas, del resto de condiciones laborales hablamos si se cobra un buen sueldo, acaso será esa la razón de los sueldos escandalosamente ínfimos que hay aún por ahí -- de los que conservan el empleo, sobre todo en el sector privado.
Con los sueldos minorados porque no hay horas extras o trabajos fuera de nómina nos habían dicho que no se iba a poder pagar la hipoteca. Sorprendentemente el recibo ha bajado, como la gasolina y como los langostinos de estas navidades. Sin embargo, en realidad estamos en mitad de la torrentera, y hemos podido sacar la cabeza un poquito, hemos respirado, y como no cojamos aire en cualquier momento nos harán la autopsia.
Ahora, lo que me tiene pensativo es que no dicen palabra las organizaciones empresariales ni las organizaciones de clase mas representativas -- adivinanza, ¿de quién hablo? --. Creo que están buscando eufemismos para referirse a lo que está pasando. Mientras tanto los trabajadores y pequeños y medios empresarios las pasan canutas, y además se enfrentan entre sí. Los enfrentan entre sí.
Por cierto, los sectores que hasta ahora habían ganado mucho dinero con la bonanza económica no están perdiéndolo. Perdón, me olvidaba del "efecto Madoff". Si Tony Leblanc, que bendito sea, no tuviese una pila de años encima, le pediría que hiciese un remake de esta escena http://es.youtube.com/watch?v=RHj-rmyOinA